Son ampliamente conocidos los efectos positivos que la miel tiene sobre
nuestra salud. La miel contiene minerales, vitaminas y oligoelementos,
los cuales tienen propiedades antibacterianas, anti-inflamatorias,
antisépticas y calmantes. Lamentablemente es posible que la última vez que fuimos a comprar miel a un supermercado o gran superficie no sea el gran alimento que nosotros
pensamos y que la etiqueta donde pone “miel pura” no sea de fiar.
En
el mercado existen mieles adulteradas, muchas de ellas son mezclas de
miel con soluciones de glucosa, algunas están ultra-filtradas, y la gran
mayoría contienen agua.
Así lo demostró Vaughn Bryant, director del Laboratorio de
Investigación en Palinología de la Universidad de Texas A&M, en un
estudio donde evaluó 60 marcas de miel que se comercializan en Estados
Unidos en pequeños comercios, grandes superficies, restaurantes y
farmacias con resultados sorprendentes.
Bryant, especialista en el polen, afirma que una miel que no
contenga polen en su composición no se puede considerar miel ya que
pierde todas las propiedades nutritivas y saludables. Por esta razón su estudio se centró en analizar la cantidad de polen para determinar la calidad de la miel sometida a examen.
Los resultados fueron sorprendentes, en el caso de los pequeños
comercios el 76% de dichos productos no contenían polen, en los grandes
almacenes ese porcentaje fue del 77%, y en farmacias y restaurantes de
comida rápida, tipo KFC o McDonald’s, el 100% de los productos
examinados no contenía ni rastro de polen.
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Normalmente el polen de la miel desaparece a través de un proceso
llamado “ultra-filtrado” que consiste en calentar la miel a altísimas
temperaturas, pasarla por filtros muy finos y finalmente adulterarla con
agua para conseguir más cantidad para vender. En los filtros se queda
el polen y con él muchas de las propiedades nutritivas y curativas que
hacen de la miel un potente remedio para alergias, resfriados, heridas o
anemias. Con el ultra-filtrado la miel pasa a ser simplemente un edulcorante.
¿Cómo sabemos si la miel es pura o está adulterada?
Nunca podremos saber si la miel es pura o adulterada sin abrir el
envase, por lo tanto, es muy importante leer bien el etiquetado antes de
comprar el producto. Para que la miel sea pura y de calidad debes
asegurarte que en su listado de ingredientes no aparezca escrito
“glucosa” o “jarabe de fructosa”. Estos son aditivos utilizados con
frecuencia para estirar la miel y evitar que se solidifique.
Una vez en casa existen varios trucos para saber si una miel es pura.
Pon una gota de miel sobre tu pulgar, si se escurre y cae hacia un lado
la miel no es pura y si se mantiene ahí es pura.
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Otra prueba la puedes hacer con un vaso lleno de agua, si al añadir
una cucharada de miel esta se disuelve rápido es falsa, si cae al fondo
del vaso es verdadera.
También podemos intentar caramelizarla. En un recipiente ponemos unas
cucharaditas de miel y lo calentamos en el microondas unos minutos. La
miel pura se habrá caramelizado, mientras que la adulterada se
convertirá en espuma llena de burbujas.
Por último, una prueba que no falla pero que nos llevará un tiempo
comprobar es la de la cristalización. Con el tiempo la miel pura se
cristaliza y se convierte en una masa más sólida, por el contrario, una
miel adulterada continuará siendo liquida como el primer día.
Fuente: Diario La Vanguardia
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