martes, 13 de septiembre de 2016

La invasión de la miel china

Han hecho y hacen sufrir a los fabricantes de cientos de productos aquí en Europa y en otras partes del mundo. Los chinos han puesto en jaque a la industria del acero, a la del automóvil, a los electrodomésticos, a los productores de móviles, de platos, de tornillos…

Pero lo sorprendente es que la marea comercial china también ha caído sobre productos de larga tradición, elaboración rural y en muchos casos una miel artesanal. Es lo que está pasando con la miel, ese dulce y entrañable jarabe elaborado por las abejas. Un campo en el que España es un referente mundial, sobre todo por la calidad de sus mieles. No tanto por la productividad de sus apicultores y sus colmenas debido en los últimos años a las sequias que padecen las cuencas del Mediterráneo y Andalucia, zonas mielereas por excelencia de nuestro páis.

El caso es que de cada cuatro kilos de miel que se envasan en España al menos uno viene de China, según datos que facilita El País. La invasión del edulcorante chino ha sido rapidísima. En menos de diez años, han multiplicado por diez esta cifra globalmente. La voracidad de la produción china ha hecho que países historicamente proveedores de miel como Argentina haya quedado fuera del mercado internacional.




La miel española esta muy valorada y requerida en otros países europeos como Francia, Alemania o Reino Unido. Nuestros vecinos se llevan aproximadamente unas 20.000 toneladas. En consecuencia, para suplir el resto de la demanda los envasadores e industriales españoles recurren a las importaciones, y China es el mayor productor mundial de miel, con 450.000 toneladas en 2012, según la FAO.

Mientras el resto de países lleva años reduciendo la producción de miel, por multitud de problemas, como el cambio climático, cierto tipo de parásitos, el efecto negativo de los herbicidas y pesticidas o, últimamente, la avispa asiática, China es una máquina de poner sus productos en el mercado y desplazar al resto. 





A esta supuesta inmunidad china frente problemas globales se añade otra sospecha. Los reducidos costes de producción de la miel de China, que lleva al resto de productores a pensar que es imposible para los chinos vender miel pura de abeja a los precios que lo hace. Las asociaciones de productores, así como las interprofesionales del sector de España lo tienen claro. Por un lado argumentan que, una parte de la miel procedente de China no cumple los estándares de calidad y seguridad alimentaria, sobre todo por el uso de antibióticos e insecticidas prohibidos en la UE desde hace décadas, lo que supone ya una competencia desleal. Por otro lado añaden que lo que realmente se importan desde el gigante asiático es una especie de jarabe de arroz, sometido posteriormente a un proceso industrial con colorantes y aromatizantes que dicen pueden demostrar.

Por eso, recomendamos a los consumidores comprar miel que garantice su procedencia y elaboración en España. En nuestro país hay muchas zonas productores. Además con el arte de las colmenas trashumantes un productor puede conseguir una variedad de miel de flores que no tiene a alcance en su zona geográfica natural.

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