Han hecho y hacen sufrir a los fabricantes de cientos de productos aquí en Europa y en otras partes del mundo. Los chinos han puesto en jaque
a la industria del acero, a la del automóvil, a los electrodomésticos, a
los productores de móviles, de platos, de tornillos…
Pero lo sorprendente es que la
marea comercial china también ha caído sobre productos de larga
tradición, elaboración rural y en muchos casos una miel artesanal. Es lo que
está pasando con la miel, ese dulce y entrañable jarabe elaborado por
las abejas. Un campo en el que España es un referente mundial, sobre todo por la calidad de sus mieles. No tanto por la productividad de sus apicultores y sus colmenas debido en los últimos años a las sequias que padecen las cuencas del Mediterráneo y Andalucia, zonas mielereas por excelencia de nuestro páis.
El caso es que de cada cuatro kilos de miel que se envasan en España al menos uno viene de China, según datos que facilita El País.
La invasión del edulcorante chino ha sido rapidísima. En menos de diez años, han multiplicado por diez esta cifra globalmente. La voracidad de la produción china ha hecho que países historicamente proveedores de miel como Argentina haya quedado fuera del mercado internacional.
La miel española esta muy valorada y requerida en otros países europeos como
Francia, Alemania o Reino Unido. Nuestros vecinos se llevan aproximadamente unas 20.000
toneladas. En consecuencia, para suplir el resto de la demanda los
envasadores e industriales españoles recurren a las importaciones, y
China es el mayor productor mundial de miel, con 450.000 toneladas en
2012, según la FAO.
Mientras el resto de países lleva años reduciendo la producción de miel, por multitud de problemas, como
el cambio climático, cierto tipo de parásitos, el efecto negativo de
los herbicidas y pesticidas o, últimamente, la avispa asiática, China es
una máquina de poner sus productos en el mercado y desplazar al resto.
A esta supuesta inmunidad china frente problemas globales se añade otra sospecha. Los reducidos costes
de producción de la miel de China, que lleva al resto de productores a pensar que es
imposible para los chinos vender miel pura de abeja a los precios que lo
hace. Las asociaciones de productores, así como las interprofesionales del sector de España lo tienen claro. Por un lado argumentan que, una parte
de la miel procedente de China no cumple los estándares de calidad y
seguridad alimentaria, sobre todo por el uso de antibióticos e insecticidas
prohibidos en la UE desde hace décadas, lo que supone ya una competencia desleal. Por otro lado añaden
que lo que realmente se importan desde el gigante asiático es una especie de jarabe de arroz, sometido posteriormente a un proceso industrial con colorantes y aromatizantes que dicen pueden demostrar.
Por eso, recomendamos a los consumidores comprar miel que garantice su procedencia y elaboración en España. En nuestro país hay muchas zonas productores. Además con el arte de las colmenas trashumantes un productor puede conseguir una variedad de miel de flores que no tiene a alcance en su zona geográfica natural.
Por eso, recomendamos a los consumidores comprar miel que garantice su procedencia y elaboración en España. En nuestro país hay muchas zonas productores. Además con el arte de las colmenas trashumantes un productor puede conseguir una variedad de miel de flores que no tiene a alcance en su zona geográfica natural.
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